Por Fernando Perfetti
De nada sirve ir de prisa si no sé adonde voy. El hombre podrá ser el centro del mundo, pero sólo Dios es el centro del hombre. Cuando esto se entiende, todo fluye armónicamente en nuestras vidas, así es como dice el Proverbio 16: “Encomienda tus obras al Señor y se realizarán todos tus proyectos”. Somos como una vela: “para poder iluminar a los demás, algo de nosotros indudablemente se va consumiendo” es la única manera de existir y ser feliz, ese es nuestro gran desafío.
Tapa con movimiento lenticular.
Medida: 12 x 17cm
Páginas: 96
ISBN: 978-987-616-089-6
Valoraciones
No hay valoraciones aún.